sábado, 12 de enero de 2013

Introducción


El blog de trabajo, expone la evolución de la educación femenina en España en el último siglo, a través de la legislación y la política educativa, que responden a la función que en cada momento histórico la sociedad ha asignado a las mujeres. De esa evolución se destacan los logros conseguidos en la consolidación de la escuela mixta y la importante presencia de las mujeres en el sistema educativo además de sus brillantes resultados, que contrastan con la persistencia de evidentes desigualdades tanto en la propia escuela como en el mercado laboral, en los centros de decisión y, muy especialmente, en el reparto de tareas domésticas y en la atención a las personas dependientes.

Cuando ya se ha cumplido un siglo desde que la Real Orden de 8 de marzo de 1910 reconoció el derecho de las españolas que deseaban cursar estudios universitarios a matricularse libremente en todos los centros de enseñanza oficial, las mujeres representan hoy más de la mitad de los estudiantes universitarios y suponen el 60,9% de los graduados. Las estudiantes alcanzan mejores rendimientos académicos que los varones en todos los niveles educativos y abandonan menos que los chicos el sistema escolar. Permanecen durante más tiempo en el sistema educativo pero obtienen antes una titulación universitaria.


La importante presencia de las mujeres en el sistema educativo ha sido el resultado de un largo  recorrido histórico.

Pero aún hoy, con la generación de mujeres jóvenes mejor educada de nuestra historia,
no hemos llegado al final del camino. Aunque se ha generalizado la escuela mixta, ello
no es siempre sinónimo de coeducación y existe un techo de cristal para las mujeres.







Principios del Siglo XX


La Ley de 23 de junio de 1909 estableció la escolarización obligatoria hasta los 12 años; gracias a ella, aumentó la cifra absoluta de alumnas de primaria tanto en las escuelas nacionales como en las privadas, lo que favoreció la caída progresiva de las tasas de analfabetismo femenino.

En 1910, una Real Orden del 8 de marzo abre las aulas universitarias a las mujeres al reconocer su derecho a matricularse libremente en todos los centros de enseñanza oficial.

La aplicación de estas leyes fue parcial y desigual, manteniéndose en la realidad vivida por las mujeres muchos claroscuros. El programa de estudios para la enseñanza primaria pública ampliaba las materias recogidas en la Ley Moyano; los estudios serían comunes para ambos sexos, sumándose las labores en el caso de las niñas. 

Por otra parte, en las esferas oficiales, muy influidas por la Institución Libre de Enseñanza, se asumió la coeducación en una Real Orden de 1911. Sin embargo, su aplicación estuvo muy limitada debido a la presión social en contra que en unos casos aducía razones morales y en otros de índole práctica. 
Tampoco favoreció la mejora de la enseñanza femenina la falta de recursos para materiales didácticos y la escasa retribución de las maestras que, muchas veces, debían buscar otras ocupaciones para completar ingresos. Además, el absentismo escolar era muy alto entre las niñas que pertenecían a las capas populares
y proletarias porque muy pronto debían trabajar en el campo, en la industria o en el servicio doméstico.

 En lo que concierne a la mayoría de las familias de clases medias, consideraban “más rentable” invertir en la formación de sus hijos varones, convencidas de que las chicas recibían de sus madres la mayor parte de los saberes que iban a necesitar en su vida adulta.

Progresivamente, las mujeres comenzaban a cursar estudios secundarios y superiores, siendo  una minoría, más numerosas en los estudios de magisterio y en los estudios profesionales que en el bachillerato. Aunque las alumnas de bachillerato crecieron de forma lenta pero imparable en el primer tercio del siglo, estos eran los estudios secundarios menos demandados porque tenían escasa aplicación práctica inmediata para las mujeres de la época. A esta razón se unía el recelo de algunas familias de clases medias poco proclives a
aceptar la coeducación y los Institutos Nacionales que emitían el título de bachiller eran de carácter mixto. Las primeras alumnas que acudieron a ellos eran hijas de profesionales liberales y su presencia en centros antes exclusivamente masculinos provocó algunos problemas prácticos que las autoridades académicas intentaron solventar manteniendo la distancia física entre alumnos y alumnas: entraban al aula acompañadas por el profesor y ocupaban los bancos más próximos a su mesa separadas del resto de los alumnos.

Por otro lado para atender la demanda de las muchachas que querían seguir sus estudios tras la educación primaria, en los años 20 se desarrollaron centros privados exclusivamente femeninos como el Liceo Femenino de Madrid que impartía simultáneamente estudios de Bachillerato y Magisterio.

Un Real Decreto de 1927 fue el primer paso para la separación de sexos en el bachillerato y en 1929 se crearon los dos primeros institutos femeninos, el Infanta Beatriz de Madrid y el Infanta Cristina en Barcelona.

Durante el primer tercio del siglo se diversificó la oferta de opciones instructivas de carácter profesional: aumentaron considerablemente las alumnas matriculadas en idiomas y comercio gracias, en buena medida, a la modificación de los estudios mercantiles que abordó el Real Decreto de 16 de abril de 1915 que creaba secciones elementales para la instrucción de la mujer en varias capitales de provincia.

El acceso de las mujeres a los estudios universitarios concitó una mayor oposición y, a pesar de las nuevas disposiciones legales, las pioneras que entran en las facultades tuvieron que franquear numerosas barreras: había pocas mujeres matriculadas en bachillerato y, por ende, pocas tenían el título de bachiller imprescindible para cursar estos estudios.
Otras barreras, menos tangibles, no eran más débiles: la oposición familiar, la actitud hostil de profesores y compañeros, las dificultades sociales para el ejercicio profesional de los conocimientos adquirido etc. Así, en el curso 1927-28 las alumnas matriculadas en la Universidad representaban el 4,2 % del alumnado universitario.




La segunda república



En el primer bienio de la II República la educación se convirtió en prioridad. Al plan masivo de creación de escuelas y de construcciones escolares emprendido por el Ministerio de Instrucción Pública, se sumó la atención social a la infancia. Se encomendó a los consejos locales y a los ayuntamientos, por el Decreto de 28 de agosto de 1931, la creación de las cantinas escolares.
Se igualó la matrícula de niñas y niños y algunas figuras ilustres, como Rosa Sensat, dignificaron los conocimientos femeninos. 

El modelo de escuela mixta no se pudo completar: se extendió en los Institutos de Bachillerato, en las Escuelas Normales y en sus escuelas anejas, pero no llegó a implantarse en la enseñanza primaria hasta los años de la Guerra Civil un Decreto de la Generalitat, de septiembre de 1936, establece la coeducación en las escuelas primarias catalanas y se extiende a todas las escuelas primarias de la zona republicana al año siguiente.

Lo que sí mejoró notablemente fue la formación del profesorado. En septiembre de 1931 se implantó el “plan profesional” con tres cursos de formación y uno más de práctica docente que reformaba las Escuelas Normales, un nuevo plan que pretendía elevar la formación de los maestros y maestras  y que unificaba los dos sexos en una sola Normal mixta.

Durante la II República culmina el incremento cuantitativo y cualitativo de universitariasque se había iniciado en los años veinte. Las mujeres se matricularon fundamentalmente en Farmacia, Filosofía y Letras, Ciencias y Medicina. Pero, sin duda, el cambio de mayor calado en estos años consiste en que, por primera vez, se acepta con naturalidad que la titulación universitaria de las mujeres puede implicar un ejercicio profesional. Aparecen las primeras profesoras de bachillerato, inspectoras de educación, profesoras contratadas por
la Universidad, se abrieron unas expectativas a la presencia pública de las mujeres que serían truncadas por la Guerra Civil y los primeros años del franquismo.





La escuela franquista


La victoria de Franco en la Guerra Civil, implicó, que se cancelaran las leyes civiles de la etapa republicana, revalidándose el control ideológico de la Iglesia sobre la enseñanza.

 La Sección Femenina se convierte en elemento de transmisión del papel secundario de las mujeres en la sociedad al tener en sus manos una parte importante de la formación de las futuras maestras: economía doméstica, labores, música y formación política y social, además de la educación física. Se prohibió la coeducación.

En la educación femenina volvieron a tener un gran peso lo doméstico y la religión. Se vuelve a la separación de sexos en las aulas y a una educación diferenciada reflejo de las diferentes funciones sociales de hombres y mujeres.

Los currículos de chicas y chicos son diferentes. En todos los niveles las alumnas debencursar las materias  de Hogar y asignaturas comunes, como la Formación del Espíritu Nacional o la Educación Física, tienen diferente contenido según el sexo de quien las curse. Para los chicos, la Formación del Espíritu Nacional incluye contenidos relacionados con la teoría política, siendo el servicio y la atención a la familia el contenido de la misma asignatura para las alumnas. Por su parte, los chicos reciben una especie de formación premilitar en las clases de Educación Física, mientras las jóvenes se ejercitan para estar sanas y para afrontar con eficacia futuras maternidades.

Sin embargo, el desarrollo industrial creciente que demandaba mano de obra femenina y el consiguiente progreso social se suma al deseo de algunas mujeres de las clases medias que aspiran a desempeñar puestos de trabajo que requieren de una cualificación y una formación específicas. Por ello, las cifras de alumnas escolarizadas en los estudios secundarios (45,6% en los años 60) y universitarios continuaron creciendo y en 1957 se reguló un Bachillerato Laboral Femenino que respondía a una nueva sensibilidad social que ya no ve con malos ojos que las mujeres trabajen fuera de casa, siempre que se trate de jóvenes solteras sin responsabilidades familiares.

Se establece la escolarización mixta y niños y niñas cursarán un mismo currículum, con el mismo profesorado y en los mismos espacios escolares.

Por otro lado, la escolarización será obligatoria hasta los 14 años para niños y niñas.











La escuela Mixta


Durante los años 80 se consolida la presencia femenina en todas las etapas y niveles, superando en muchos casos a los varones. Desde 1976 las mujeres jóvenes son mayoría como estudiantes de bachillerato. En los años 80 son el 50% del alumnado de todos los niveles educativos, con la excepción de las escuelas técnicas superiores.

Ante los evidentes avances de la educación femenina en las últimas décadas cabe preguntarse si estos significan que la igualdad efectiva entre hombres y mujeres es una realidad en el ámbito escolar y en el conjunto social. Es evidente que falta aún mucho camino por recorrer. La escuela mixta no ha sido siempre sinónimo de coeducación. Así, durante los años ochenta algunas investigaciones sobre la práctica educativa desde la óptica feminista evidenciaron que la escuela mixta no había logrado eliminar las desigualdades de origen porque si bien la escuela no era la creadora de la desigualdad, contribuía a legitimarla en la medida en que la presentaba como natural y aceptable por la persistencia del sexismo del lenguaje y del androcentrismo científico: el orden masculino es dominante, mientras que el modelo femenino tradicional no tiene cabida.

Se mantiene el estereotipo de la diferencia.


En 1990 la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), reconocía la discriminación por sexos en el sistema educativo y establecía que era necesario reconsiderar la actividad educativa a la luz de los principios de igualdad de oportunidades. Se pretendió ir más allá de la escolarización si bien en este aspecto su impacto también fue notable al ampliar la enseñanza obligatoria hasta los 16 años y procuró introducir la igualdad en todos los aspectos de la vida escolar






Women in college


During the nineteenth century the presence of women in college was very low. In 1841 was introduced at the Faculty of Law, disguised as a man, Concepción Arenal. Could complete their studies, but not to exercise.
In the reign of Amadeo cleared the way for women to access any enseñanaza level. Between 1872 and 1888 were enrolled including 10 college, but from 1888 it was established that no university could enter without special permission. Despite the limitations, between 1880 and 1890 in Spain 15 women completed college (7 in Medicine and Surgery, 3 Science, 2 and 3 in Pharmacy Philosophy). Some actively defended the right to educate their peers and to exercise profesionalemente. These demands have intensified in Spain around 1910, during the administration of Maura along the lee of gotten in different European countries.

A royal order of March 8, 1910, which marks the centenary soon, definitely abolished restrictions on access to higher education for women. This is not meant an influx of females in college, although their number was constantly increasing.
In 1919-1920 the 345 were enrolled. Between 1681 and 1927-1928 were already accounted for 4.2% of university students. The Second Republic expectations encouraged removed obstacles to practice. In 1932, the university was the 6.2% of the student body.

The Franco dictatorship was a regression over Republican educational guidance, favorable to equality of opportunity, the first Franco disuandiendo women to pursue higher education, not stop them, and cerrándoles many careers, not again until years abrírserles 60. This may explain the apparent preference of women for careers of Arts, which, moreover, has been discussed.
During 1963-1964 there were 82,862 higher education and only 19 men. 884 women, of whom 7653 were studying Arts and Pharmacy 2543. In law, political quarry, had 15,694 men and 1,624 women. Although positive, educational reform Palasí Villar in 1970 alone could not eliminate educational differences between the sexes, which depended on a complex cluster of factors. The advent of democracy meant a flood progressive university, which represented 39% of students in 1977-1978, and 47'4% in 1983-1984.

In the early 90's women outnumbered men in number in college, but remained his priority assignment Lyrics racing. Currently still outnumber women attending college and specialization is changing: There are races in the Franco were very masculinized and feminized today are very, like law or medicine, but in some races women still remain minority.

Bibliografía

http://mujeres.usal.es/index.php?option=com_content&task=view&id=320&Itemid=78

http://www.stecyl.es/mujer/050228_ep_mujeres_escuela_SigloXX.htm

http://www.revistaeducacion.mec.es/re334/re334_09.pdf

http://www.educacion.gob.es/revista-cee/pdf/n11-amo-amo.pdf